Hay que elegir las fotos adecuadas y organizarlas de la mejor manera.
Aquí te explicamos qué es un porfolio fotográfico y te damos algunos consejos prácticos para crear una selección profesional de tus mejores fotos.
Lo sabemos: sacar muchas fotos es relativamente sencillo. Sin embargo, es mucho más difícil dar el siguiente paso, que consiste en elegir las mejores fotos.
Es mucho más fácil seleccionar las fotos de otros que las nuestras. Esto se debe a que, al elegir entre nuestras propias fotos, hay un fuerte componente emocional que es difícil de eliminar. Sin embargo, para entrar en el mundo de la fotografía profesional o presentarse a las selecciones para entrar en una escuela de fotografía o a muchos concursos de fotografía, hace falta presentar un porfolio fotográfico.
¿Qué es un porfolio fotográfico?
Empecemos por la definición: el porfolio fotográfico es un conjunto de imágenes en secuencia, recogidas según determinados criterios expresivos y conceptuales.
La tarea del porfolio fotográfico es doble: mostrar tus mejores instantáneas y demostrar lo bien que sabes valorizarlas. El porfolio debe mostrar lo que sabes hacer a potenciales clientes. Si quieres hacer fotos de bodas, retratos, comida, publicidad, moda, fotos callejeras, documentales o artísticas, el porfolio es una herramienta esencial que siempre necesitarás.
Cómo crear un porfolio de fotografías
Elección de las fotos
La parte más difícil de crear un porfolio es la selección de las fotografías. Esta actividad debería ser habitual para un fotógrafo con cierta experiencia, pero siempre resulta un poco complicada a pesar de los años de práctica. Sin embargo, un buen porfolio depende precisamente de la selección de las fotos. A menudo, el fotógrafo no es el mejor juez de su propio trabajo, ya que tiene en cuenta el esfuerzo y las emociones que ha sentido durante la sesión. Sin embargo, la selección, como el montaje en una película, es un proceso fundamental. Hacer una buena selección requiere práctica y una buena cultura fotográfica.
En la fotografía en película se nos facilita el proceso de selección: podemos hacer una prueba de contacto con todo el negativo del carrete. Esta operación, denominada «hoja de contacto» en la jerga técnica, ayuda a obtener una visión general de todas las fotografías realizadas y a reunir información útil para la selección de los negativos que se van a imprimir. Podemos señalar las fotos que nos parezcan más interesantes con rotuladores o lápices de colores.
En cambio, en la fotografía digital nos serviremos de programas como Adobe Bridge o Adobe Lightroom. Es útil mirar las fotos en el ordenador en pequeñas miniaturas, y después ampliarlas, para comprobar las que hemos seleccionado.
Tras una primera ojeada general, es una buena costumbre imprimir las imágenes en pequeño formato y ponerlas en una superficie, como una pizarra o un escritorio. De este modo, tendremos una visión más amplia (en comparación con la pantalla del ordenador) y la posibilidad de modificar y mover fácilmente la secuencia de fotos para llegar a nuestra versión final.
Convertirnos en nuestros mejores críticos (en el buen sentido)
Una cosa muy útil es convertirnos en los mejores críticos de nuestras imágenes. Si una fotografía es realmente buena, debería impactarnos como un viento cálido, despertar una emoción en nosotros. Evita pedir consejo a través de las redes sociales, es poco probable que puedan ayudarte con tu elección. Trata de hablar con editores o fotógrafos que conozcas y en los que confíes, pero recuerda que la decisión final debe ser siempre tuya.
¿Para quién es un porfolio de fotos?
El porfolio es un medio útil para presentar tu trabajo, pero también es importante tener en cuenta el público que lo va a estudiar. Al crear el porfolio fotográfico, hay que conocer las necesidades de quienes lo van a ver y demostrarles con las imágenes que las puedes satisfacer. Si, por ejemplo, lo que pretendes es realizar fotos de bodas, tu público serán los futuras esposos y tus imágenes tendrán que estar orientadas a mostrar los diferentes momentos de la ceremonia. Sólo así los novios entenderán tu habilidad y sensibilidad como fotógrafo y te contratarán para fotografiarlos.
Elige un tema único y claro
Un porfolio bien hecho es aquel que está focalizado en un tema concreto. En general, es preferible un proyecto coherente que un proyecto con fotografías inconexas.
Tener un tema es como seguir una historia: cualquiera que vea el porfolio entenderá que hay un camino definido que sigue un tema concreto y reconocible. Es importante tener algo que decir y decirlo con una voz fluida y que destaque sobre lo demás.
Organizar las fotos en el orden correcto
Además de la elección de las imágenes, hay que tener en cuenta el orden de las fotos. Las selecciones de fotos bien ordenadas son fáciles de ver, porque al cerebro humano le gusta la coherencia y le atrae el ritmo, incluido el ritmo visual. Las fotos individuales que forman parte del porfolio y la forma elegida para ordenarlas y presentarlas suponen una intención comunicativa que debe ser lo más clara y coherente posible con aquello que se quiere transmitir. Cada imagen del porfolio tiene un significado predeterminado, pero, poniéndolas en una determinada secuencia, las fotos adquieren otros significados que amplían el poder evocador de las tomas.
Las fotos elegidas deben trazar un camino que tenga un principio y un final. Debe haber puntos fuertes en la sucesión de imágenes, que suelen distribuirse un poco al principio, en el medio y al final del porfolio. La primera imagen debe dar el primer impulso, debe motivar a mirar las siguientes, mientras que la última debe cerrar la narración y ser un digno epílogo.
Resulta útil imaginar que cada fotografía del porfolio añade algo diferente o adicional a la anterior, o refuerza su significado. El porfolio también debe tener un título que identifique claramente su contenido, incluso mejor si este título va acompañado de una breve descripción que introduzca su significado general. Sin embargo, estos elementos formales, que no deben faltar, no deben restar relevancia a la selección de las fotografías y al significado que la colección de imágenes debe tener a primera vista. El texto solo sirve de introducción, luego las imágenes hablarán por sí mismas.
Elige pocas fotos, pero buenas
¿Cuántas fotografías debes incluir en tu porfolio fotográfico? Claramente debes priorizar la calidad: es mejor incluir las mejores fotos, y si son pocas no será un problema. El objetivo del porfolio fotográfico es ofrecer una visión de tus habilidades fotográficas. No pretende ser una demostración exhaustiva de tus capacidades, sino que su propósito es dar una muestra de lo que has hecho y de lo que podrías hacer. Teniendo esto en cuenta, debes seleccionar fotos que tu cliente pueda evaluar sin aburrirse. Un porfolio fotográfico puede tener una media de 15 a 20 fotografías.
Cómo mejorar un porfolio de fotos
Al igual que un CV o una tarjeta de visita, debes diseñar tu porfolio fotográfico de tal manera que quienes lo miren noten tu profesionalidad, seriedad y atención al detalle desde el principio. Por lo tanto, debes prestar atención a la portada, el formato, el tipo de papel y los márgenes del porfolio. Si tu porfolio es una carpeta tradicional de fotografías impresas, será perfecto para exposiciones o para que lo examinen formalmente, pero resultará menos atractivo que una galería online. En cualquier caso, si es tu primer porfolio, te recomendamos que adoptes un formato que sea fácil de actualizar con frecuencia. Si, por el contrario, tu experiencia está consolidada y quieres sacarle partido, deberías pensar en un porfolio en formato libro y en impresiones individuales de tus mejores fotos. No exageres con las impresiones individuales: deben ser de tamaño reducido y fáciles de transportar y guardar.
Acuérdate también de que es una buena idea tener un porfolio en línea que puedas mostrar fácilmente. De este modo, también tendrás la ventaja de poder compartirlo instantáneamente con tus clientes.